Marzo 3, 2020
En la agotadora tarea de comprar uniformes y útiles escolares, los padres pueden cometer errores, siendo uno de los más comunes el simplificar la elección del calzado y limitándolo sólo a la talla correcta.
Se estima que el pie deja de crecer en las mujeres a los 15 años y en los hombres, a los 18, por eso es indispensable el cambio de zapato escolar anualmente, pero además del tamaño, hay que considerar que hongos, mal olor, lesiones en tobillos, dolor en las articulaciones y mala postura, son algunos de los problemas silenciosos que una mala decisión puede generar en los niños.
Los especialistas recalcan que la atención debe estar en la etiqueta del calzado, la que por ley debe indicar con qué materiales fueron fabricados los elementos claves en la seguridad de un zapato: suela, plantilla, forro interior y capellada, pues de eso dependerá su positiva usabilidad y comodidad.
“En el caso de la capellada o aparado se recomienda que sea 100% cuero, porque además de la duración en el tiempo, permite que el pie respire y esté mucho más cómodo, debido a su mejor ajuste. El forro debiera contar con un 60% de algodón, para absorber y eliminar la humedad, y un 40% de polyester o, en su defecto, ser 100% textil con algún tipo de acabado antibacterial, aportando firmeza al material”, explica Diana Estay, Collection Manager categoría Escolar de Bata.
Esto último para evitar problemas que pueden dificultar la marcha y acentuar malas posturas, como la pronación o supinación en exceso, patologías comunes que pueden ocasionar lesiones graves en tobillos, rodillas y dolor en la articulación sacroilíaca (base de la columna vertebral).
Con respecto a la planta o suela, “se recomienda la goma o TPR como el material más confiable, pues tiene una excelente adherencia al suelo, resistencia al desgaste y es flexible. Y la plantilla debe tener algún acabado de tecnología antibacterial como lo es el Ortholite o Aegis, que evita la aparición de hongos indeseados y malos olores”, explica la ejecutiva de Bata, quien además nos datea con algunos consejos para elegir correctamente el calzado escolar:
- Optar por productos flexibles, pero firmes, ligeros, y con punta amplia.
- Comprar los zapatos junto a los niños, para que puedan probarse ambos pies, caminar y ver posibles molestias. Se recomienda hacerlo al final del día, cuando el pie está más hinchado.
- Para saber si la talla es la correcta, debe existir un espacio de entre 0,5 y 1 centímetros entre el dedo más largo y el zapato. Una forma sencilla de comprobarlo es meter el dedo por el talón con el niño de pie. Si entra con soltura, es su talla. También debe evaluar que el ancho del zapato no apriete ni quede suelto.
- El pie debe entrar en el zapato sin calzador.
- Siempre probar el calzado con el tipo de calcetín que se usará regularmente.
- Preferir la seguridad antes que la moda y evitar los zapatos con tacón o plataformas, ya que producen torceduras de tobillo.
- No caer en la tentación de comprar una talla más grande para estirar la durabilidad del zapato, ya que puede provocar caídas y, por supuesto, incomodidad.
- No usar zapatos de otra persona o heredados de los hermanos; esto provoca el contagio de hongos, bacterias y aumenta la posibilidad del desgaste del zapato.
- Los orificios por donde pasan los cordones tienen que ser metálicos, para evitar que se rompan al ajustar el zapato.