Febrero 20, 2017.
Actualmente, y luego de años de constantes campañas, las personas están comenzando a tomar precauciones sobre el cuidado que deben tener con su piel al ser expuesta al sol y no solamente en verano. El protector contra los rayos UV y la revisión de lunares que pueden ser dañinos se vuelven tema de cada día. Pero así como nos preocupamos de nuestra piel, también deberíamos preocuparnos de la de nuestras mascotas, quienes también pueden sufrir cáncer de piel.
La exposición prolongada a estos rayos es dañina en cualquier especie animal. Así como nosotros tenemos que protegernos, los animales también deben hacerlo, sobre todo aquellos albinos, de pelo corto o mascotas de color blanco, pues su piel es más sensible. “En los gatos, por ejemplo, si tiene nariz rosada y orejitas blancas o parte de la cara blanca, puede aumentar el riesgo de un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma espinocelular, cuyas consecuencias pueden ser tan graves como la amputación de sus orejas o nariz, lo cual es muy doloroso y peligroso para su vida”, asegura Francisca Montero, médico veterinaria de Royal Canin.
Las razas que se ven más afectadas con el cáncer a la piel son los dogo argentino, dálmatas, pitbull, boxer, entre otros. En cuanto a los gatos, los más sensibles son los sphynx/esfinge.
“Hay que poner especial atención a las mascotas que presenten enrojecimiento de la piel, pequeñas heridas o costras, picazón y signos similares, ya que son signos de que la piel está reaccionando y podría deberse a alguna enfermedad que es necesario tratar”, recomienda la experta.
Y si nuestra mascota sufre de cáncer, sus requerimientos nutricionales serán distintos a los de un perro sano. “En Royal Canin contamos hace años con una línea de alimentos veterinarios creada para perros y gatos enfermos. En los pacientes con cáncer, no se trata de curar al paciente, sino de mejorar su calidad de vida, ya que en algunos casos, el fallecimiento no se debe al propio tumor, sino a una degradación del estado general. Comprender estos procesos es importante para implantar una intervención nutricional apropiada”, indica la doctora Montero.