Octubre 25, 2016.
Mientras más brille el sol, más expuestos estamos a que nuestra piel sufra las consecuencias de los rayos UV, y en esa materia, nuestro rostro es el que más se arriesga, pues a diferencia del resto de nuestro cuerpo, no lo vestimos.
Son diversos los factores que pueden provocar la aparición de manchas en la piel. Desórdenes hormonales, embarazo y el paso del tiempo, también están en la lista que sin duda incluye la exposición al sol como uno de los principales factores, por esto es primordial consultar a algún especialista si las manchas aparecen, así tendremos un diagnóstico apropiado.
La doctora Natacha Quezada, dermatóloga de la Clínica Dra. Carmen Moren, explica que “dependiendo de la mancha, nosotros podemos planificar el tratamiento, pero en general, lo más importante es la fotoprotección. Puede ser un tratamiento maravilloso, pero si no se cuidan del sol no va a servir”.
Es decir, hay que asumir que no deberíamos salir de casa sin usar protector solar, todo el año, incluso en días nublados. Y quienes ya tienen manchas, en plena temporada de sol deben aumentar los cuidados. Sobre este punto la especialista agrega que “lo ideal es usar protector solar cada tres horas, porque la capacidad de producir pigmentos es crónica. Si tienes manchas y enfrentas un verano sin tratamiento, vas a quedar peor”.
Cremas, terapias abrasivas, peeling e incluso láser, son parte de las formas que existen para combatir las manchas en la piel, pero atención porque, el láser sólo puede aplicarse en la temporada otoño/invierno.
En la Clínica Dra. Carmen Moren recomiendan el uso del láser Fotona “es uno de los sistemas láser más avanzados del mundo que provee una gran cantidad de aplicaciones” afirma la doctora María Fernanda Binfa, directora médica de la institución.
¿Cómo prevenir correctamente?
La Dra. Quezada también nos entregó algunos tips para un apropiado cuidado de la piel y la prevención de manchas.
- Usar filtro solar todos los días, aunque esté nublado.
- Exfoliar la piel para sacar las células muertas.
- Mantener una buena rutina de limpieza e hidratación.
- Llevar una dieta equilibrada e hidratarse correctamente.