Octubre 3, 2024
Es un malestar común, especialmente durante los últimos tres meses de gestación. Los factores que potencian la acidez en esta etapa del embarazo son varios, como los cambios hormonales, el relajamiento muscular que produce la progesterona y que afecta al sistema digestivo, y el hecho de que el tránsito intestinal se vuelve más lento.
Claro que eso no es todo. Desde IVI Santiago, centro especializado en reproducción asistida, el doctor Rodrigo Carvajal explica que, además, el volumen de los órganos genera presión sobre el útero.
Por todo esto, hay que tener especial cuidado con la alimentación en el embarazo, pues si elegimos mal nuestra dieta, las molestias podrían agudizarse.
La recomendación es no consumir aliños, ají, alimentos altos en grasas, dulces, café y comidas ácidas; y además, dar preferencia a ingerir todo lo que pueda ayudar a evitar el reflujo, como los lácteos descremados.
Las molestias que provoca la acidez pueden ser náuseas, ardor estomacal, digestión lenta e incluso vómitos. Lo ideal es que, apenas aparezcan los primeros síntomas, se beba leche fría, o unas dos cucharadas de crema de leche al natural.
La zanahoria, la betarraga, los porotos verdes, el zapallo, los zapallitos italianos, los pescados blancos, el pollo y el pavo, también pueden ayudar a contrarrestar los efectos del reflujo.
“Ingerir alimentos hasta tres horas antes de ir a acostarse, levantar la cabecera 15 a 20 centímetros, comer despacio, y tomar agua entre las comidas y no durante las comidas, son medidas que pueden ayudar”, recomienda el especialista.
También se puede dar preferencia a frutas como la sandía, el melón, o las manzanas y peras cocidas; y las infusiones indicadas son la manzanilla y la salvia.