Mayo 15, 2017.
Aunque parezca mínimo y hasta agradable al aumentar una hora de sueño, el cambio de hora que acabamos de experimentar, puede afectar nuestro organismo, desde el sueño y alimentación hasta nuestro ánimo y actividad sexual.
Según explica el psicólogo Francisco Flores, director de la ONG Mente Sana, nuestro cerebro tiene un regulador horario, que se orienta mediante la luz solar y nuestra rutina derivada de ello, activando un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas: cortisol, de crecimiento, consolidación de la memoria adquirida y el resto de relojes internos, entre ellos el de la presión arterial, el ritmo cardíaco o los periodos de sueño y vigilia.
El experto asegura que “cualquier cambio en nuestros hábitos requiere de un proceso de adaptación, para que el organismo logre incorporar estas modificaciones. Estos cambios afectan de distinta manera de acuerdo a la edad de la persona, siendo los niños y los adultos mayores los que pudieran presentar mayores dificultades para este ajuste”.
Aunque los efectos del cambio de hora son más psicológicos que orgánicos, es importante entender que el impacto de la mayor ausencia de luz, provoca un grado de retraimiento social que puede generar dinámicas de trastornos del ánimo, sobre todo a personas con problemas emocionales ya existentes o con trastornos del sueño previos
Por esto, el especialista nos comparte algunas medidas para enfrentar esta alteración horaria de buena forma:
- Apagar el televisor más temprano de lo acostumbrado
- No utilizar móvil, computador o tablet antes de acostarse porque tienen demasiada luz y alteran las pautas del sueño.
- No dormir siesta durante unos días.
- No variar los hábitos alimenticios, evitando las comidas tarde y pesadas que son incompatibles con un descanso adecuado.
- Deja pasar al menos 2 horas entre la cena y la hora de ir a dormir.
- Practicar ejercicio físico moderado, pero no inmediatamente antes de dormir.
- Evitar el consumo de alcohol, así como el de café y bebidas cola, a últimas horas de la tarde.
- Si los síntomas persisten más de una semana, consultar con un especialista.
- Adaptar nuestra casa: bajan las temperaturas, hay menos horas de sol y es necesario acomodar nuestro hogar al cambio de clima, pensando en mantener calefaccionado y no dejar de ventilar durante el día.