Septiembre 29, 2017.
La inmunoterapia hoy se posiciona como el cuarto pilar terapéutico para la lucha contra el cáncer, junto a la quimio, radio y hormonoterapia. En congresos y seminarios de oncología, es un tema de interés central, pues concentra amplias opciones de innovación en cuanto a tratamientos contra este mal. Con estos auspiciosos antecedentes, personalidades del acontecer público internacional, como el expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y en Chile la periodista y conductora Javiera Suárez, han confiado ya en esta técnica.
La inmunoterapia posee inicios desde el año 1891 con la denominada Toxina Coley, la que mediante una infección provocada cerca de un tumor, logró la reducción de un tipo de cáncer llamado Sarcoma. Existen numerosos tipos de inmunoterapia, de forma masiva o personalizada (biológica), siendo esta última, más económica y desarrollada específicamente contra el propio tumor del paciente, pudiendo ser aplicada de forma ambulatoria, en el espesor de nuestra piel, sin posibilidad de rechazo.
“La inmunoterapia le da a nuestro sistema inmune una habilidad especial mediante células reforzadas en laboratorio, para identificar las células cancerígenas que hasta entonces se hacían invisibles y así finalmente destruirlas; lo mejor, es que esta capacidad queda memorizada en nuestro cuerpo”, explica el científico Dr. Ramón Gutiérrez, médico, patólogo molecular, CEO de Biogénica internacional y Director de Centro Clínico ReCell, uno de los primeros centros chilenos que logró desarrollar este tratamiento personalizado, quien añade que “la inmunoterapia en Medicina Personalizada ocupa una muestra de sangre y una muestra de la biopsia que ya se hizo el paciente y quedó guardada con el patólogo que informó el cáncer”. Así, se obtiene un tipo especial de células, conocidas como ‘dendríticas’ que fueron descubiertas en 1973 por los doctores Steinman y Cohn y que en 2011 le permitió al doctor Steinman obtener el Premio Nobel, luego de haberlas ocupado en él mismo para tratar su cáncer de páncreas. A la fecha, existen más de 1700 publicaciones sobre este tratamiento.
Jaime González, paciente que trata su melanoma en Recell, señala que en su caso los costos son bajos comparados a lo que ofrece el mismo sistema de salud. «Su valor equivale a un 18% con respecto a lo que se me oferta en el sector público, o al alto valor que tiene este mismo tratamiento en otros países, además tiene la ventaja de ser un tratamiento muy poco invasivo, por lo que no es doloroso y efectivamente ha mejorado su calidad de vida», afirma. Los menores costos, señala el doctor Gutiérrez, es que la variante de inmunoterapia biológica permite ocupar células aportadas por el paciente, lo cual la hace personalizada, es decir, solo sirve para ese paciente.
“Este tratamiento, hoy está presente en países de cada continente y se puede aplicar a pacientes que ya tuvieron cáncer y quieren evitar recaídas; también junto a tratamiento convencional (quimio o radioterapia) como coadyuvante para potenciar un 40% sus beneficios; y en pacientes que ya tienen metástasis o han pasado a cuidados paliativos, pues aumenta sobrevida y calidad de vida, destruyendo micrometástasis y en algunos casos permitiendo una nueva opción de cirugía, que hasta entonces se había descartado”, finaliza el doctor Gutiérrez.