Febrero 14, 2024
Según un estudio reciente, el 60% de los alumnos de segundo básico está bajo los niveles de comprensión lectora esperados para su edad, resultado que parece explicarse, en parte, por una debilidad en los subprocesos de reconocimiento de palabras frecuentes y manejo de vocabulario, donde el 62% y 40% de las y los estudiantes, respectivamente, presentan un desempeño inferior al esperado a fines de 1° básico (Radiografía de la Lectura en segundo básico: Resultados de Evaluación Muestral de la Región Metropolitana 1er Semestre 2023 de la Red Por Un Chile que Lee).
Poco tiempo libre, dilatada exposición y acceso a las tecnologías, alto precio de los libros, etc. Muchos pueden ser los motivos del déficit lector, sin embargo, los especialistas en educación señalan que éste es un hábito que se debe cultivar desde edades tempranas.
“La lectura posee un sinfín de beneficios, como potenciar la imaginación, ayuda a aprender, a comprender mejor, a divertirse autónomamente y favorece la capacidad de concentración”, explica María José Howard, directora académica de la red de colegios Cognita, con 17 colegios en Chile. Por eso, acá nos deja cinco consejos para fortalecer el gusto por los libros en los niños, aprovechando el tiempo libre en las vacaciones:
- Padres lectores generan hijos lectores. El mejor incentivo para lograr conductas positivas en los niños es el ejemplo de los padres. Crear instancias de lectura en familia los domingos en la mañana, u organizar panoramas como excursiones al campo para leer, son experiencias únicas que el niño las aquilatará como parte esencial de su desarrollo.
- Dejar que el niño elija. Imponer es un mal camino para fomentar la lectura. Debe ser el niño quien elija lo que quiere leer. Se recomienda que los padres propongan libros que alimenten su curiosidad, pero en ningún momento se les puede prohibir u obligar.
- Leer en espacios creativos. Resulta aconsejable dejar de lado el escritorio y buscar lugares que alimenten la imaginación. Parques y otros espacios abiertos son perfectos para disfrutar de un libro, siempre mejor en compañía de los padres.
- Establecer una rutina diaria. Buscar un espacio y un tiempo diario para que el niño lo dedique a la lectura, como por ejemplo, antes de ir a dormir o justo después de la comida. Crear un hábito y hacer que se relacione ese tiempo a algo placentero y entretenido, es la mejor manera de potenciar la lectura.
- Abrir las puertas a la lectura digital. Si hay pocas posibilidades de salir a comprar o leer, no hay que tenerle miedo al mundo digital, pues es el entorno natural de nuestros hijos. Hay que saber adaptarse a las nuevas tecnologías con libros interactivos y considerar que el papel y las tablets son capaces de convivir perfectamente.