Noviembre 29, 2022
Los nutrientes no son los únicos compuestos que tienen los alimentos, hay algunos que tienen actividades anti nutrientes (interfieren en la absorción de otros nutrientes), y otros compuestos son beneficiosos para la salud, como los bioactivos, algunos de los cuales están relacionados con la prevención de enfermedades.
De acuerdo con Aurora García Tejedor, Directora del Master Universitario en Nutrición y Salud de la Universidad Internacional de Valencia –VIU, los compuestos bioactivos poseen propiedades que van más allá de la nutrición básica, lo que implica que no son esenciales para la vida, pero que son de gran utilidad en la prevención de enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Los compuestos bioactivos se encuentran en pequeñas cantidades en los alimentos de origen animal, pero en su mayoría se encuentran en los vegetales. Los bioactivos de origen animal se pueden localizar en los compuestos de los ácidos grasos como el omega-3 del pescado o en el ácido linoleico conjugado de la carne de rumiantes, en los productos lácteos y en la yema de huevo.
En el caso de los vegetales los encontramos principalmente en los fitoquímicos, sustancias que en su mayoría ayudan a las plantas a sobrevivir y que actúan como hormonas, enzimas o simplemente proporcionan color, olor o sabor a la planta. De acuerdo con la revista Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria, la función de los fitoquímicos también es ayudar a la planta a protegerse de los radicales libres, insectos, parásitos, virus y del daño en general.
A su vez, la experta en nutrición y salud de la VIU afirma que dependiendo de su tipología, los bioactivos pueden contribuir a la buena salud y la prevención de enfermedades de distintas maneras, por eso nos datea con los tipos de componentes y las enfermedades que ayuda a controlar y prevenir desde una buena alimentación:
- Contienen propiedades anticancerígenas. Entre los bioactivos, los fitoquímicos sobresalen por sus características antitumorales los terpenos, que destacan en los vegetales de hoja verde y en los productos derivados de la soja, y los tioles, presentes en vegetales crucíferos como el ajo y la cebolla. Estos compuestos adicionalmente presentan propiedades beneficiosas sobre la función hepática/biliar y estudios han demostrado su actividad antiinflamatoria, antimicrobiana, antitumoral y antiviral. Estas propiedades están presentes en plantas como el olivo, el harpagófito, la valeriana, la genciana y el fresno, ya que contienen principios activos de naturaleza iridoídica. Aquí también encontramos los fitoestrógenos, presentes en la soja y algunos de sus derivados (harina, leche y tofu), y en menor cantidad en lentejas y garbanzos. Los fitoestrógenos se han relacionado con la prevención de algunos tipos de cáncer hormono dependientes en diferentes estudios.
- Contribuyen en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Otros bioactivos que se han estudiado ampliamente son los polifenoles, presentes en frutas, como las uvas y los cítricos; en verduras, como la remolacha y berenjena, o en legumbres como las lentejas. Los efectos de los polifenoles son fundamentalmente consecuencia de sus propiedades antioxidantes. Estos compuestos presentan efectos vasodilatadores y son capaces además de mejorar el perfil lipídico presentando efectos antiinflamatorios, de allí su aporte a las enfermedades cardiovasculares.
- Ayudan a reducir el colesterol. Los fitoesteroles se encuentran de forma natural en pequeñas cantidades en muchos alimentos como frutas, verduras y hortalizas, aceites vegetales, nueces, almendras y cereales. Los fitoesteroles interfieren con la absorción de colesterol en el intestino humano, lo que resulta en niveles más bajos de colesterol.
- Contribuyen en la protección de la piel. Los bioactivos del tipo flavonoides, que son los responsables de los pigmentos naturales que se encuentran en las plantas, son en parte responsables de los intensos colores de las frutas y verduras y hay hasta 6.000 tipos de flavonoides que contribuyen en la salud, protegiendo al organismo del daño causado por los agentes oxidantes, como los rayos UV, la contaminación ambiental o los químicos en los alimentos. “El cuerpo humano no puede producir estos compuestos protectores, por lo que deben obtenerse de alimentos o suplementos”, expresa García Tejedor.
Alimentos como la uva, los cítricos, el brócoli, los tomates, las cebollas rojas, el té verde, el cacao, especias como el tomillo y la menta son ricos en flavonoides.
Existe numerosa literatura científica referente a los efectos de los componentes bioactivos sobre distintas enfermedades. Sin embargo, aún no se ha podido resolver si sus beneficios se deben a su consumo como parte de la dieta habitual, como alimentos funcionales o si influyen los patrones alimentarios. Sería el caso de seguir una dieta vegetariana, hipoenergética, mediterránea, etc.
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