Mayo 14, 2021
Una buena alimentación para perros se basa, esencialmente, en brindar alimentos que entreguen los requerimientos precisos de nutrientes como proteínas, grasas, fibras, cenizas, vitaminas y minerales, según su etapa de vida. Esto por medio de los ingredientes que componen el alimento y sus cantidades, que deben contener altos estándares de calidad, asegurando su trazabilidad en toda la cadena de producción, así como también su inocuidad y proporción nutricional.
Según explica Diego Rugeles, Médico Veterinario con diplomado en Nutrición Animal en la Universidad de la UDCA de Bogotá y Gerente Comercial de Poema, marca súper premium de alimento canino 100% chilena, “se trata de proporcionarles alimentos de buena digestibilidad que permitan su mayor asimilación y asimismo ver beneficios para la calidad de vida de los humanos de estas mascotas, como lo son la consistencia de sus heces, su pelaje brillante, y lo más importante, que tenga un excelente sabor”.
Es fundamental tener en cuenta que en cada etapa de vida de los perros, los requerimientos son distintos. Por ejemplo, “en los cachorros durante su primer año de vida, se debe dar prioridad al desarrollo de huesos y músculos, además del desarrollo cognitivo. Es por esto que en su alimentación deben prevalecer aquellos nutrientes que proporcionen altos niveles de Proteína- Ácidos Grasos (DHA)- y óptimos balances en el calcio y fosforo”, explica Rugeles.
En tanto, para las etapas adultas, el principal objetivo es suplir sus requerimientos, permitiendo el mantenimiento de su masa muscular y balances proteicos que aseguren una salud en óptimas condiciones. Mientras que en el caso de los perros mayores (seniors) es primordial cuidar su salud renal- cardiaca y articular, así como la protección de la inminente disminución de masa muscular que se presenta a partir de los 7 años.
En qué momento un cachorro pasa a ser un perro adulto y luego uno senior, dependerá del tamaño. Los perros pequeños y medianos son cachorros hasta los 12 meses, adultos a 12 meses a 7 años y senior de los 7 años en adelante; mientras que los perros grandes y gigantes son cachorros hasta los 18 meses, adultos hasta los 5 años y senior a partir de los 5 años.
Otra consideración importante es que el cambio de alimentación en los perros siempre debe hacerse de forma gradual, para evitar que afecte la flora gastrointestinal. Lo ideal es que el proceso dure entre 7 y 8 días, distribuidos de la siguiente manera: los dos primeros días se debe incluir el 25% de la nueva dieta y el 75% de la antigua, del tercer al quinto día 50% de la dieta nueva y 50% de la dieta antigua, y del sexto al octavo día 75% de la dieta nueva y 25% de la dieta antigua. A partir del noveno día ya se puede dar el 100% de la dieta nueva.
Es importante recalcar que una enfermedad se da por la incorrecta función de los órganos y la alteración de ellos, en la mayoría de los casos. De esta manera, son muchas las enfermedades que se pueden prevenir, pero lo más importante es que una correcta alimentación puede evitar el deterioro de los órganos principales que conllevan a enfermedades graves. “Una buena alimentación asegura un buen funcionamiento de los riñones, corazón, hígado y sistema gastrointestinal. Así, se previene un sinnúmero de enfermedades asociadas a estos órganos”, detalla el profesional.
En cuanto a las porciones, si bien vienen sugeridas en los envases de alimento para perros, lo ideal es consultar caso a caso con un médico veterinario, porque las cantidades de comida no sólo dependen del peso de la mascota, también hay que tomar en cuenta su tamaño y actividad física.
Para más información sobre este importante tema, visita Poemaparamascotas.com.