Marzo 27, 2020
El paisajismo en altura es una tendencia que va creciendo a nivel mundial y que, además de embellecer las ciudades, ayuda a mitigar los efectos del cambio climático y reducir la contaminación ambiental. A este escenario, se suma la mirada urbana y normativa, donde nos encontramos con que cada día hay menos espacio para construir en las grandes ciudades, lo que se contrapone a una creciente necesidad por contar con áreas verdes que permitan realizar actividades recreacionales al aire libre.
En respuesta a esta situación, es que a comienzos de 2019, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo anunció un decreto para modificar la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, con el fin de que se permita la utilización de hasta un 100% del área de azotea en los edificios. Esto cambiaría el límite actual del 20% destinado a la construcción de áreas comunes, por lo que el 25% del espacio se destinará a construcciones abiertas con cubiertas ligeras -como quinchos- y construcciones ligeras, mientras que el 75% restante se destinará a terrazas, vegetación y paneles solares, entre otros elementos de carácter sustentable.
Según señala Gabriela Hernández, gerente inmobiliaria de Almagro, “los parques o grandes jardines se han transformado en elementos diferenciadores y muy valorados en los edificios, por lo que no pueden no estar presentes en un proyecto. Es por esto que hemos estudiado la forma de generar estos espacios no solo en el primer piso, sino que construyendo un jardín en pisos superiores, entregando más espacios para que las personas puedan disfrutar en el exterior”.
Uno de los primeros proyectos de Almagro en incorporar este concepto fue el de General Mackenna en pleno Santiago Centro, el que cuenta con un espacio abierto de 800 m2 con jardín en el piso 4 del edificio. “El piso tres, donde terminan los estacionamientos, podría haber quedado descubierto o vacío pero sin embargo se decidió invertir y colocar una zona de áreas verdes en lo que vendría siendo la tapa del estacionamiento”, dice Fernanda Marín, arquitecta del proyecto.
Así surge esta gran zona de esparcimiento, compuesta por 550 m2 de áreas verdes, con arbustos y vegetación, además de juegos infantiles y máquinas de ejercicio, salón de niños, salones multiuso y gimnasio equipado, todo en un mismo nivel y a la vez conectado a las áreas verdes.
Este espacio verde viene a solucionar una traba estructural que se resolvió entregando valor a los vecinos, convirtiéndose en un verdadero oasis en las alturas y que no se ve desde la calle, estando además, protegido del tráfico y ruido de la zona, generando así un descanso en todos los sentidos.