Noviembre 6, 2019
Esta semana la FAO dio la alerta: América Latina y el Caribe son las regiones donde más se desecha comida, a pesar de que solo representan el 9% de la población del planeta. Esto es un llamado de atención para cambiar nuestros hábitos. Por eso, FoodSaver® invita a sacarle partido a esos desperdicios y nos datea con algunos tips para tener en cuenta antes de botar las cáscaras y tallos de los alimentos frescos.
En el mundo se botan cuatro millones de toneladas de comida en buen estado a la basura. ¿Y qué pasa en Chile? Hay mucha comida que tiramos a la basura sin conocer su real valor económico, pero también alimentario. En nuestro país, al año se botan 3.700 millones de kilos de comida, cifra que impacta, en especial si tomamos en cuenta que esa cantidad equivale a llenar con comida cuatro mil veces el Estadio Nacional.
Es momento de cambiar este hábito y dejar de tirar los alimentos al basurero, para lo que existen ideas excelentes, que sirven para rescatar esos desechos. Además, usar los restos de alimentos es doblemente bueno ya que aprovechas toda la comida y reduces el desperdicio, cuidando el medio ambiente y de paso el presupuesto familiar.
Desde cáscaras de vegetales hasta huesos, aquí FoodSaver® enseña a utilizar los restos de comida de manera creativa y deliciosa, ideal para aquellos que también buscan estirar un poco más su billetera.
- Abastecerse de caldo de verduras. Comenzaremos esta lista con un imperdible, un delicioso caldo de verduras hecho a partir de sobras de los vegetales. Es una excelente idea, muy simple y fácil de hacer. Guarda sobras como tallos de zanahorias, tallos y hojas de apio, capas externas de cebolla y hierbas. Las puedes mantener en un contenedor al vacío con FoodSaver® y vas acumulando por varios días. Hervir estas verduras con un poco de agua y tendrás un caldo increíble con el que podrás mejorar notablemente tus sopas, guisos y salsas. Cuando tengas listo el caldo congélalo al vacío divido en porciones para usarlo más tarde.
- ¿Costillar? Convertir los huesos en caldo. Si deseas ir un paso más allá y hacer algo con más sabor, te recomendamos guardar los huesos de la carne asada y los utilices para preparar un caldo repleto de nutrientes, aminoácidos y minerales, lo suficientemente bueno como para un consomé, pero su uso en guisos y otras preparaciones es donde más resalta su sabor, lleva a los platos a otro nivel. Cocinado durante al menos 12 horas, es un proceso lento, pero la paciencia es definitivamente una virtud con un buen caldo de huesos; de hecho, cuanto más tiempo mejor.
- Guardar la cáscara de papa. La piel de este humilde vegetal guarda un secreto. La fina cáscara, cuando se asa, se convierte en un excelente ingrediente de forma fácil y así también consumes las sobras sin generar desperdicios. Rocía las cáscaras con un poco de aceite de oliva y los condimentos que prefieras, hornéalas a 200 °C durante unos 15 minutos, removiéndolas de vez en cuando y eso es todo. Espolvorea un poco de queso si deseas un sabor adicional.
- Queque de plátano. Los plátanos tienden a ir directo a la basura en el segundo que se vuelven más oscuros. Demasiado blandos y de color desagradable, no son muy apetitosos. Sin embargo, cuando se hacen puré en un queque de plátano es perfecto.
- La betarraga. No deberíamos desechar los tallos verdes de las verduras, más cuando se trata de betarragas. Corta las hojas y cocínalas al vapor, sazónalas con sal y pimienta y un poco de mantequilla para darle un poco más de sabor. Son geniales cuando se agregan a platos de pasta livianos o cuando preparas legumbres. Si están frescas, entonces simplemente córtalas e incorpóralas en una ensalada.
- Tallos de brócoli. ¿Cuántas veces has tirado los tallos de brócoli? Si quieres reutilizarlos, puedes pelarlos, cortarlos y saltearlos o también puedes cortar todo el tallo en trozos bien pequeños para añadirlos en una ensalada. También puedes guardarlos para incorporarlos a una sopa de verduras.
- ¡Para los fanáticos del vino! Si tienes un vino añejo, ¿por qué no hacerlo vinagre? Simplemente vierte el vino en un frasco de vidrio, cúbrelo con una gasa y almacénelo en un lugar fresco y oscuro. Después de esperar pacientemente (de uno a seis meses), tendrás un delicioso vinagre, solo asegúrate de revisar el progreso de vez en cuando con un pequeño sorbo. El vino añejo funciona también para cocinar; dale un toque a las salsas de reducción y agrega un detalle sabroso a las comidas en poco tiempo.
- Hacer unas migas tex-mex. Si no tienes suficientes tortillas para una ronda de quesadillas o si se han secado un poco y se endurecieron, ¡prueba las migas! El favorito Tex-Mex es una excelente comida improvisada a cualquier hora del día. No hay una receta establecida, pero basta con saltear cebolla picada con tomate, jalapeño y cilantro, agregar huevo para hacer una especie de huevos revueltos. A esto le añades las tortillas cortadas y las salteas. Revuelve. Adorna con las opciones tradicionales mexicanas como queso, crema agria, porotos negros y salsas y tendrás una comida abundante y sin esfuerzo.
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